Educación a (cierta) distancia de la escuela
Respuestas educativas en tiempos de pandemia
Estábamos en los primeros compases del aislamiento en las casas, con los centros educativos cerrados, pero forzando las máquinas para trabajar a distancia. Junto a las duras experiencias de enfermedad y muerte que se extendían a nuestro alrededor, vimos enseguida que convenía sacar un número de Padres y Maestros dedicado al coronavirus. Y en dos meses está en la calle.
Hemos tratado de ofrecer un mensaje de esperanza para el mundo educativo, recogiendo algunas experiencias que se están produciendo en estos días. Nos movía la intención de que PyM fuera capaz de tener una voz profética en esta crisis.
Ha cambiado nuestro entorno habitual de interacción y también la colaboración de los alumnos entre ellos. Tenemos equipos docentes que han reaccionado con energía, inteligencia, originalidad e ingenio para aprovechar los recursos y, sobre todo, trabajo en equipo y compromiso. Mucho compromiso. En este número de PyM nos lo cuentan.
A su vez, nuestras alumnas y alumnos han vivido una experiencia vital sin precedentes. Los móviles y las pantallas, tan prohibidas con frecuencia, ahora son la norma. Energía encerrada, amigos a distancia, profes cuya voz se escucha en casa, sorpresas. Nueva vida familiar, colaboración, autonomía, contacto cotidiano, más sorpresas. ¿Cómo lo recordarán cuando haya pasado el tiempo? Ahora, todavía sin salir de casa, han compartido sus primeras impresiones, desde los más jóvenes de Primaria hasta la Universidad.
Recogemos testimonios de alumnos y de profesores, tanto de Primaria como de Secundaria, para hacer una pintura del paisaje a través de buenas experiencias en el ámbito educativo. También hemos contado con colaboraciones de nuestros alumnos de los grados de Educación, así como de conocidos profesores universitarios.
Queda el germen de la reflexión, en el entorno de Comillas, sobre cómo formamos profesoras y profesores de Educación (Infantil, Primaria y Deporte) que sean sensibles y cercanas a estas situaciones de vulnerabilidad. No se trata solamente de la vocación por dar respuesta a las situaciones de especial necesidad que encontramos en las escuelas. Eso también, pero vemos otro objetivo más esencial y prometedor.
Ayudemos a construir, como parte del perfil de formación que se logra al terminar la carrera, ese componente personal de vulnerabilidad que va a mejorar nuestra percepción de la realidad y nuestra actuación sobre ella. Será una característica (junto a otras como el buen humor, la capacidad reflexiva o la racionalidad, ser una persona activa, la conciencia de nuestro ser físico o la emotividad) que forma parte de nuestra personalidad.
Queremos sentirnos vulnerables porque así seremos mejores a la hora de dar una buena respuesta educativa en las situaciones que ahora nos toca vivir. Atrevámonos.