Cuidado emocional y psicopedagógicoSALUD Y BIENESTARUnidad de Orientación Psicopedagógica

Mente agitada, mente calmada

El cuidado de la mente

¿Qué es para ti el COVID 19? ¿Cómo estás viviendo el confinamiento? ¿Y las salidas a la calle? Y si nos adentramos en preguntas más sensibles. ¿Cómo estás viviendo las medidas que van pautando? ¿Qué emociones te despiertan?

Apenas cinco preguntas, y el mundo interior de cada uno se manifiesta, aparecen sentimientos, rememoramos experiencias y empieza nuestra narrativa interna a hablar, a expresarse, el mundo emocional entra en juego… “Este maldito virus ha venido a destruirnos “, el confinamiento está siendo una oportunidad para dedicarme a lo esencial”, “la convivencia es un campo de batalla cada día”, “estar juntos en casa nos ha cohesionado y armonizado”, “he perdido a un ser querido y me siento enfadado y desolado”, “detrás de mi dolor siento una gran paz y gratitud por la vida compartida “

Una de las cosas que más asombro me provoca en la vida, es la complejidad del alma humana. Esto me llevó casi de manera obligada a dedicarme a la psicología y a una gran búsqueda del entendimiento de la mente, desde las filosofías orientales. Al acompañar procesos, puedes escuchar el mundo interior de la otra persona, sus complejidades, sus procesos de pensamiento, las emociones y vivencias ante los acontecimientos de la vida.

Hay muchos ingredientes implicados en lo que somos y en el cómo pensamos. Desde sistema de creencias, la personalidad de cada uno, experiencias personales, el sistema familiar del que formamos parte, incluidos los sistemas anteriores y nuestros ancestros. Todo esto forma parte de nuestro ADN personal, del que en muchos casos no somos conscientes.¿Esto quiere decir que lo que pienso me viene dado? ¿Puedo cambiar mis tendencias de pensamientos negativos? Hay una parte, que forma parte de lo que somos, de cómo pensamos y percibimos el mundo. Pero, la buena noticia es que tenemos el poder para gestionar nuestros pensamientos, y por tanto una llave en nuestra mano, para cultivar la calma.

La realidad de afuera apenas se mueve, pero nuestra mente es como una pelota de goma que estás constantemente rebotando de un sitio a otro, casi siempre en un estado de agitación. Cuando observamos el exterior, tenemos la impresión de que es algo substancial, pero esa impresión es la interpretación que hace la mente de lo que percibe.Todo lo que experimentamos, sentimientos, sensaciones, incluso las formas y colores, surge de nuestra subjetividad. Unos días nos levantamos por la mañana con una mente aturdida y el mundo se nos aparece oscuro y otros días nos despertamos con una mente clara, y vemos que nuestro mundo es bello y luminoso.

De aquí, que la belleza viene de los ojos de quien la mira

Conocer la naturaleza psicológica de nuestra mente, requiere cultivarla y ser activos en esta higiene diaria, especialmente en este momento vital que el covid nos ha traído, como condición para permanecer en equilibrio y bienestar.

El cuidado de la mente

A veces nuestra mente agitada, como el agua puede estar turbia, y es muy fácil en este momento dejarse llevar por esta perturbación, y perdernos. Puede que tendamos a buscar vías de desconexión o incluso de autodestrucción, que fomentan este desajuste, mucho consumo de redes sociales, series, televisión, generar conflictos…

Buscar una mente clara y pura como el agua, requiere buscar un espacio para tener paz.

¿Qué prácticas o tareas cotidianas puedo hacer para serenar mi mente?
  • Cultivar espacios de meditación, silencio, mindfulness, poniendo foco en la respiración y en el presente.
  • Hacer una pausa antes de reaccionar, especialmente ante una emoción agitada, nos va a ayudar a tomar centro.
  • También podemos cultivar este cuidado de la mente, estando atentos a la información que consumimos, tenemos que estar atentos a la energía que trae la información (violencia, perturbación, amabilidad, descriptiva)
  • Incorporar actividades que me facilitan el estado de “flow”: aquellas tareas que me absorben sin dejarnos distraer por nada
  • Trabajos manuales: practicar caligrafía, modelar, pintura, hacer punto…
  • Tareas domésticas: si las enfocamos desde la atención plena, sin “carga mental”, ni imperativos internos, «tengo que…» pueden ser una oportunidad de descanso.
  • El movimiento del cuerpo, el ejercicio físico, el baile, las artes marciales, el automasaje.

Merece la pena que podamos convivir en este confinamiento con una mente en equilibrio, que tiene mayor comprensión y es menos reactiva. Una mente clara nos ayuda a un mayor discernimiento en la toma de decisiones y cuidarla nos regalará una vida más calmada y serena.

Cristina Peñalba de las Heras

#comillas contigo  #comillasnopara

 

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