«La lactancia materna no es un proceso doloroso en sí mismo y no tienen por qué producirse, obligatoriamente, grietas en los pezones. Pero a veces sucede. En estos casos, hay que determinar qué las ha ocasionado y seguir los consejos de los expertos para evitarlas o subsanarlas. Con el tiempo, tanto la madre como su hijo se irán acostumbrando y se convertirá en una experiencia agradable y muy íntima entre ambos.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), cuando la madre tiene dolor en los pezones o estos se agrietan, es muy probable que se deba a que el bebé se agarre mal al pecho.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo, sapos y princesas