«Partamos de la base de que el tremendo reto que representa la crianza se prolonga durante muchos años, al cabo de los cuales resulta imposible no equivocarse nunca. De hecho, lo hacemos más de lo que deseamos. La clave está, sin embargo, en aprender de esos errores y saber rectificar, sin sentir ningún tipo de inseguridad o apuro por lo acontecido previamente. Es probable que, en un momento dado, hayamos consentido o justificado a nuestros hijos de forma exagerada y nos identifiquemos con algunos de los siguientes comportamientos. Sin embargo, aún podemos evitar convertirnos en unos padres sobreprotectores si no caemos en conductas como: «
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo, sapos y princesas