Niños y naturaleza: cinco beneficios de aprender al aire libre

«Este tipo de educación usa el entorno para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los más pequeños. ¿Cómo es un día en una escuela al aire libre?.

”Volaaando, a la sala de la encina”, dice la profesora, mientras 12 niños de entre tres y seis años la siguen emocionados con los brazos a modo de alas. Son poco más de las 9 de la mañana y, tras dejar sus mochilas en la cabaña donde se encuentran con sus amigos y se despiden de sus padres, los pequeños se reúnen bajo la sombra de una preciosa encina en la Dehesa de Boyal, en Cerceda (Madrid). “¿Quién quiere contar cuántos somos?”, incide la mujer. “Yooo. Uno, dos, tres…”, contesta uno de los alumnos. “Ahora, vamos a buscar palitos que encontremos en el suelo”, señala. Los pequeños siguen las indicaciones y hacen un gran corro. “Ahora, crearemos vuestra pizarra”, prosigue la maestra. A los pies de cada uno, forman un rectángulo con cuatro palos. La profesora llena con sal el hueco que queda entre los palos y la pizarra queda blanca. Luego, empieza a enseñar tarjetones con dibujos: “¿Alguien sabe qué forma es esta?”. Con los dedos, los niños dibujan un círculo en la sal.»

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[fa type=»file-text»]  Fuente: El País, de mamás y de papás

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