“La dignidad de las mujeres no se negocia”. Difícil contradecir a la ministra francesa para la Ciudadanía, Marlène Schiappa. Bajo este principio, la antigua responsable de Igualdad en el Gobierno de Emmanuel Macron se ha convertido en la principal impulsora de la prohibición y penalización de los “certificados de virginidad” que el Ejecutivo francés quiere incluir en su futura ley contra el separatismo religioso, centrada sobre todo en el islamismo. Aunque las principales instituciones médicas nacionales e internacionales también condenan esta práctica, expertos sobre el terreno advierten de que el camino de la penalización no es, necesariamente, la mejor vía para acabar con una tradición que requiere, sobre todo, un cambio de mentalidad. Es decir, educación más que castigo.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]