La educación no es un gasto, es una inversión. Esta debe ser la frase más repetida desde hace décadas por políticos y gestores de la educación en todo el mundo. Mientras unos políticos se la toman en serio, para otros es mera retórica a pesar de que numerosos estudios del Banco Mundial, Naciones Unidas, el FMI, la OCDE y otras instituciones demuestran que el dinero invertido en educación tiene un impacto directo en el crecimiento económico de un país.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Vanguardia