El pasado mes de diciembre, Carolina Martínez, enfermera en el Hospital La Paz de Madrid, solicitó un proceso de movilidad interna para trasladarse desde el servicio de Urgencia al servicio de Oncología. Lo hizo con el objetivo de asegurarse el turno de mañana y así poder conciliar su vida familiar y laboral. Pidió entonces una adaptación del puesto para evitar los riesgos que supone el manejo de citostáticos (quimioterapia) por su posible excreción por leche materna. Carolina, que tiene una hija de dos años, entregó un informe del pediatra en el que constaba que amamantaba a la niña, pero en aquel momento ignoraron la petición ya que, según alegaba el hospital, la ley solo la amparaba hasta los 9 meses del lactante.Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El País