El tándem niño–patito de goma–baño parece indestructible, ¿o no? Un último estudio publicado en Nature Microbiology puede terminar con tan idílico momento. Según sus conclusiones, “estos juguetes de baño que se usan en muchas casas están colonizados por densas biopelículas –ecosistema microbiano organizado, conformado por uno o varios microorganismos asociados a una superficie viva o inerte– compuestas por complejas comunidades bacterianas y fúngicas”. Esto no suena nada bien. La investigación, realizada por el Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuática (ETH Zurich) junto con la Universidad de Illinois, sostiene que usar estos animales de juguete suma varios factores de riesgo: los materiales plásticos, el agua potable, la contaminación externa microbiana –relacionada con microbios o relativos– y de nutrientes, y a unos usuarios potencialmente vulnerables: los bebés y niños.
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