La reputación comienza a importar a las personas mucho antes de lo que parece, pues ya desde el jardín de infancia los pequeños se preocupan de su imagen pública y son capaces de adoptar comportamientos que alteren su imagen exterior, según la revista Trends in Cognitive Sciences, informa Efe.
A los cinco años surge en los niños su fascinación por el estatus social, empiezan a considerar cómo son vistos por los otros y se comportan de manera tal que cultiven su reputación positiva, señalan en un artículo los psicólogo Ike Silver y Alex Shaw.
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[fa type=»file-text»] Fuente: La Razón
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Caroline Hernandez | Unsplash