«Después de dar a luz a mi primera hija, los doctores me dijeron que no se habían dado cuenta de ligarme las trompas». Una frase a modo de disculpa que puede parecer inocua, pero el problema es que a Virginia Felipe, senadora de Podemos, mujer, con discapacidad, nadie le había preguntado si quería esterilizarse.
Alguien (el equipo médico, la administración del hospital, alguien cercano a ella sin su consentimiento o aprobación) había decidido que era lo que le tocaba.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario
[fa type=»camera”] Autor de la imagen: Nikita No Komment | Flickr