Que a los primeros a los que golpeó la crisis económica y social fue a los que peor lo pasan es algo compartido. La emergencia social que viven miles de personas en nuestra comunidad es acuciante. La falta de empleo, la precariedad para llegar a fin de mes, el empobrecimiento de las clases populares es una realidad a la que dar respuesta por justicia social, porque debemos estar a la altura de las necesidades de nuestros pueblos, de la sociedad que queremos ser y no dejarnos a nadie en el camino. Sí, en Aragón hay miles de familias que están en esta situación, familias con personas a cargo, menores, dependientes, a las que les atraviesa el paro, la falta de ingresos y la exclusión social. Familias aragonesas que deben elegir entre pagar la luz o poder comer carne una vez a la semana, niños y niñas aragoneses para los que su única comida segura al día es la que reciben en el comedor escolar. En una comunidad como la nuestra, en la que los indicadores sobre pobreza infantil se mantienen dolorosamente altos, las instituciones que representan a la ciudadanía no pueden mirar hacia otro lado.
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]