«El presidente del Comité de Bioética razona sobre la obligatoriedad de las vacunas y la insolidaridad de quienes rechazan la vacuna.
El debate de la obligatoriedad de las vacunas no es nuevo, ni en España ni en los países de nuestro entorno. El debate cobró mucha relevancia en la segunda mitad de la pasada década con la aparición de algunos brotes epidémicos vinculados a enfermedades víricas y bacterianas erradicadas años antes en la mayoría de los países desarrollados, siendo la causa de aquéllos la negativa a la vacunación de sus hijos por determinados grupos de padres. Tanto los casos ocurridos casi simultáneamente en Francia, Reino Unido, Italia, Austria o Estados Unidos como los patrios del Albaicín y Olot, hicieron temer que ello fuera la punta del iceberg que pusiera en solfa uno de los mayores logros de la Historia de la salud pública.»
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