«Millones de menores de edad son víctimas de violación de sus derechos, sin poder escapar y a la espera de que alguien los rescate. La situación debe abordarse con urgencia pero concienciar a la sociedad de sus gravedad requiere también gran esfuerzo.
A los 16 años, la vida de Camila (nombre ficticio) cambió radicalmente. Vivía con su familia cuando conoció a su “enamorado”, un joven que prometió quererla y cuidarla. Así que llegó el día en que Camila decidió dejar el hogar familiar para irse a vivir con él. Y aquel chico que la trataba bien y que fingía quererla, la alejó de su familia y la obligó a prostituirse.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País, Planeta Futuro