«Familiares en duelo encuentran un espacio de sanación en las reuniones con otros afectados al compartir emociones y vivencias. Esta red de apoyo es cada vez más extensa en España.
El suicidio aún sigue siendo una realidad silenciada. La falta de apoyo social que suele rodear este tipo de pérdidas puede arrastrar a quien la sufre a un duelo aún más complicado de superar. Es habitual que los supervivientes escondan el motivo del fallecimiento como también lo es que conocidos o amigos se alejen ante una realidad que perturba, sobre la que no se quiere ni se sabe hablar y que el nombre de la persona que ha muerto deje de pronunciarse. Se la invisibiliza y con ella también a los que se quedan luchando contra el dolor.»
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