«Se debe evitar dejar a los niños solos en el coche, aunque sea poco tiempo. Una subida excesiva de la temperatura corporal puede provocar una insolación e incluso poner en riesgo la vida del menor.
El verano funde los termómetros y llega el riesgo de sufrir golpes de calor, una subida excesiva de la temperatura corporal que puede provocar desde una insolación hasta la muerte, y que resulta especialmente peligrosa para los niños menores de cuatro años. Las situaciones más graves de golpes de calor se suelen producir en los coches, que en verano son una trampa mortal para los niños. Por ello, bajo ningún concepto, hay que dejar a un niño solo en el coche, aunque se trate de poco tiempo y el vehículo esté a la sombra.»
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