«Yo también preferiría que fueran algo más baratos. Pero a mi hija, le he comprado todos nuevos. Si le damos importancia a su educación, se la damos también a sus materiales.
Nuestra hija mayor empezará Primaria y nosotros empezaremos en el fabuloso mundo de los libros de texto. Por mucho que cambien los planes de estudio y la tecnología, la Historia interminable que se repite durante décadas es el sablazo libresco en septiembre. Quizás por eso muchos centros ya plantean su compra en julio, más relajado en gastos escolares. Sería muy largo debatir sobre el precio unitario de cada ejemplar. Para cada título hay un montón de personas de la cadena del libro dedicándole mucho talento y mucho trabajo. Y eso tiene un precio. Claro que habrá familias en situaciones complicadas, pero en este país se valoran muy poco los libros, ya sea literarios o de textos.»
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