«Los familiares de una persona que se ha quitado la vida siguen llorando en soledad con frecuencia. Hay una mayor sensibilización social pero impera el silencio y actualmente no hay una atención adecuada por falta de especialización y de recursos..
Diez personas deciden quitarse la vida en España cada día. Una muerte cada dos horas y media. En 2019, 2.718 hombres y 961 mujeres creyeron que era la única salida posible a un intenso sufrimiento. Ellos se marcharon, pero el dolor no, solo cambió de rostro. Cada suicidio es un desgarro en la vida de al menos seis personas del entorno más cercano. Sus vidas cambian para siempre. Padres, hijos, parejas, hermanos, amigos se convierten en supervivientes de un trauma que se ven obligados a afrontar aún en demasiadas ocasiones en soledad.»
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