«Más allá de las típicas actividades infantiles de algunas salas, muchos museos son lugares hostiles para las familias. Algunas instituciones y espacios empiezan a cambiar el foco.
El arte ha vivido tradicionalmente de espaldas al público infantil. En concreto los museos y salas de exposiciones han sido siempre, salvo contadas excepciones, lugares hostiles para niños y niñas. Sitios en los que no pueden moverse, tocar o elevar la voz, por ejemplo, o donde las obras de arte están colocadas a una altura inabarcable para sus pequeños cuerpos.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Diario.es