«»¡No laves tanto el chupete cuando se cae al suelo! ¡Deja al niño que se manche, que así se inmuniza!», decían las abuelas en los tiempos en los que el coronavirus todavía no nos había cambiado la vida. Su teoría, la de que con nuestra obsesión por la limpieza estábamos criando a los niños en una especie de burbuja que, inevitablemente, les abocaría a tener un sistema inmune débil, acaba de ser desmontada en ‘Las exposiciones microbianas que establecen inmunorregulación son compatibles con la higiene específica’, una investigación llevada a cabo por expertos de UCL y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo