«Los socorristas, tajantes: «no somos los cuidadores de su hijo, estamos para hacer labores de salvamento».
La búsqueda del cuerpo de la pequeña Clara, la niña de 9 años que se ahogó el pasado martes 29 de junio mientras surcaba las aguas de un pantano en la barca familiar que conducía su tía, ha tenido en vilo al país durante los últimos días. Por desgracia, se lamenta Francisco Cano, portavoz de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS), estamos a principios de verano, y los datos del último INA (Informe Nacional de Ahogamientos) auguran los peores presagios. «Después de un año con tendencia a la baja estamos empezando a ver una oscilación, un repunte al alza influenciado por este verano tan raro post pandémico. Es decir, que conforme ha aumentado la movilidad, estamos viendo un incremento bastante acelerado de este tipo de situaciones».»
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