«Cuando Nils Bergman dijo hace más de 20 años que “el regazo materno es el hábitat natural del recién nacido”, no imaginaba hasta qué punto esa frase sería un faro para una evolución positiva de la atención a las madres y bebés, prematuros o no. Y no se trata de una frase poética, sino algo científicamente demostrado en numerosas ocasiones. Su estudio más reciente ha puesto de manifiesto que el contacto piel con piel en bebés prematuros no debe esperar a la estabilización del bebé, sino que ese contacto ayuda a su estabilidad y a la supervivencia, por lo que debe hacerse inmediatamente tras el nacimiento.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal