««Hasta hace muy poco no tenía claro si mis miedos eran porque ella es la pequeña o porque es una niña, una preadolescente».
Yo tengo dos hijos. Un niño y una niña, ambos adolescentes ya. Él me descubrió lo que es sentir miedo de verdad, que le pase algo malo. Fui mortal y frágil desde el mismo momento en que lo parí. Miento, desde muchos meses antes de expulsarlo de mí. Son temores compartidos por todos, entiendo, y al final los llevas con normalidad. Te acostumbras a eso. Lo que no sabía yo es que con los años me descubriría temiendo mucho más por mi hija que por él. Por el solo hecho de ser mujer.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC