«La pandemia ha materializado en parte de la escuela la reivindicación histórica de la comunidad educativa de reducir las ratios. La medida tiene, según las investigaciones, un impacto positivo aunque desigual.
Cuando José Giner entró por primera vez en clase este curso y miró a su alrededor, pensó: “Esto es otra cosa”. El maestro del colegio público Bertomeu Llorens i Royo de Catarroja (Valencia) tenía ante sí a 13 alumnos de primero de primaria, cuando un año normal habrían sido 26. “Ha ido muy bien, sobre todo por la atención más personalizada que he podido darles. Hay niños que desarrollan con más rapidez la competencia lectora y escritora y son más autónomos, y otros necesitan más tiempo y dedicación. Esta vez he tenido la sensación de darles a todos una respuesta educativa más adecuada. Es difícil saberlo, pero puede que haya servido para que niños que habrían tenido dificultades en el futuro no las tengan o sean menores”.»
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