«Desde hace tres cursos, el Gobierno deja fuera de las aulas a cientos de niños extranjeros que han nacido y viven en la ciudad. La presión de la ONU, el Defensor del Pueblo, la justicia y las organizaciones sociales empieza a dar frutos.
Hace tiempo que Melilla arrastra un problema: la escolarización de los niños que han nacido en su territorio y viven en él, pero no tienen residencia legal porque sus padres carecen de documentación. Cada curso, desde hace dos décadas, entre 100 y 300 menores de nacionalidad marroquí se quedan fuera de las listas de admitidos en los centros escolares por estas fechas, una circunstancia que, con la presión y la denuncia de entidades sociales, siempre se acababa resolviendo antes de empezar las clases. Hasta hace tres años, con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno central, que es quien tiene las competencias educativas en este lugar. Entonces se les cerró la puerta por no acreditar que vivían en Melilla, a fin de evitar que niños de los pueblos vecinos marroquíes se escolarizasen en la ciudad española, cuyas aulas están saturadas.»
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