«Amnistía Internacional documenta la vulneración de derechos humanos en la frontera entre Turquía y el país heleno. Calcula que estas operaciones han podido afectar a unas 1.000 personas.
La mujer de Ahmed, Fatma, lleva en paradero desconocido desde el 29 de febrero de 2020. Aquel día, el matrimonio y sus seis hijos, procedentes de Siria, estaban en la orilla del río Evros justo al sur de la ciudad turca de Edirne con la intención de pasar a Grecia, al otro lado. Primero cruzaron los seis niños, que, al llegar, vieron cómo irrumpían en la zona seis soldados griegos en dos vehículos. «Dispararon al aire. Mi mujer se asustó por nuestros niños y se lanzó al río. Yo la acompañé. El agua nos llegaba al pecho. Luego nos gritaron, pero no entendíamos nada. Cuando estábamos a dos o tres metros de la orilla, se pusieron delante de nosotros y nos apuntaron con los rifles. Dispararon y nos sumergimos. Conseguí llegar. Mi mujer estaba dos metros por detrás de mí. Fue la última vez que la vi. Me cogieron y me tiraron al suelo boca abajo con un arma en la cabeza. En total, dispararon tres veces», narra Ahmed.»
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