«Una de las propuestas es decirles que se van a «enviar ropa y juguetes a otra aventura, clave para enseñarles a compartir».
La justicia que los niños experimentan en el hogar y en la escuela da forma a sus expectativas y comportamientos en la sociedad.
«¡ Eso no es justo!» Cualquier padre o maestro sabe qué tan temprano en la vida de los niños esta noción impulsa el comportamiento humano, la motivación y la pertenencia. Cuando los niños sienten que son tratados de manera justa, desarrollan un sentido de seguridad y previsibilidad, y encuentran motivos para cumplir con las reglas y legitimar a las autoridades. Los padres y maestros son guardianes de la justicia en la vida de los niños. La forma en que manejan los conflictos y la disciplina da forma a las expectativas de justicia de los niños en otros entornos.»
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