«Dos hermanos de 16 y 17 años acudieron en busca de ayuda a un despacho de abogados.
Primero, Matteo se rebela contra sus padres antivacunas. «Quiero vacunarme, mamá y papá están en contra», explica, «pero están cometiendo un error descarado. Y voy a desobedecer aunque sea menor de edad». Matteo (nombre ficticio) tiene 17 años, vive en Florencia, estudia en un instituto y ha decidido que ha llegado el momento de la protesta constructiva. «Y no sólo porque quiero viajar, bailar, hacer deporte, vivir con una sonrisa y no tener miedo al virus», dice, «vacunarse es también y sobre todo un acto de amor hacia los demás . No quiero contagiar a nadie: ni a amigos, ni a familiares ni a mis padres».»
Leer más [fa type=»long-arrow-right»]
[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo