«Tres madres y una ginecóloga explican las razones por las que cada vez son más las que prefieren prescindir del famoso pinchazo.
Raquel Santos es madre primeriza. Está embarazada de cuatro meses y una de las primeras decisiones que ha tomado respecto a la planificación de su parto es que prescindirá de la epidural. “Me gustaría dar a luz de la forma más natural posible, en la posición que me resulte más cómoda en ese momento y sintiendo cuándo empujar. Quiero tener el control de mi parto”, cuenta a S Moda esta osteópata de 31 años. La reacción de sus familiares y amigos cuando verbaliza sus deseos es siempre la misma: “Todo el mundo me dice que para qué sufrir si se puede evitar. Creen que no ponérsela es ir para atrás y que es innecesario sentir dolor. También piensan que al final acabaré pidiendo que me la pongan”.»
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