«Las muertes en el condado de Santa Clara, California, destacan una terrible disparidad de la pandemia: en EE. UU. el virus mató a muchos latinos a edades más tempranas..
Para su enorme círculo de amigos y familiares, Jesse Ruby era la persona a la que podían recurrir.
Era el padre que dejaba todo y conducía hasta el otro lado de la ciudad si sus hijos necesitaban que fuera a recogerlos. Era el primo que pasó fines de semana ayudando a sus parientes a mudarse. Era el novio que hacía pequeños trabajos los fines de semana con su pareja, Virginia Herrera, para ayudar a pagar las cuentas de su hogar numeroso en San José, California.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: The New York Times