«Los padres pueden encargar a los niños tareas sencillas, sin sobrecarga de responsabilidad y respetando su disponibilidad para participar en el cuidado del recién llegado.
Cuando llega un bebé a casa y hay más hermanos puede surgir lo que se conoce como pelusilla o celos por tener que compartir la atención de los progenitores con un nuevo miembro en la familia. Pero si les ayudamos a gestionar la llegada del bebé, podemos conseguir que se minimicen los celos y que participen con ilusión en los cuidados del hermano pequeño. No obstante, la rivalidad “no tiene por qué surgir, pero si es bastante frecuente, porque un bebé recién nacido necesita mucha atención para cuidarle y eso reduce el tiempo dedicado al resto de hermanos. Hay que hacer lo posible para que los celos no generen un elevado malestar en el niño, pero no luchar contra ellos”, explica Cristina de la Rosa, psicóloga y miembro del centro de psicología Nudos.»
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