«El anteproyecto de ley tiende puentes entre ambas enseñanzas con colaboración entre los profesores, uso compartido de instalaciones o facilidades en las convalidaciones.
El Gobierno quiere que los alumnos inscritos en la Formación Profesional Superior puedan cursar materias optativas en las facultades, y viceversa, que los universitarios puedan desplazarse a los institutos que ofrecen una preparación muy práctica. Así se contempla en el anteproyecto de ley de FP que ultima el Ejecutivo y que pasará pronto por el Consejo de Ministros. Para ello, las universidades y los gobiernos autónomos, que gestionan los centros de FP, firmarán convenios, si el texto sale adelante en el Congreso, donde no se prevé que suscite la controversia que generó la ley Celaá. En la actualidad, tras superar el bachillerato, el sistema divide a los alumnos de la educación terciaria ―carrera o grados de FP Superior― en dos sistemas impermeables que solo confluyen en el momento de la convalidación de materias para saltar de una enseñanza a otra. De los 1.309.762 universitarios que ingresaron el curso pasado, el 10,5% (137.525) provenía de FP.»
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