«Observar con detenimiento a nuestros hijos supone aceptarles, quererles, jugar con ellos y, en definitiva, relacionarnos con ellos de manera sana.
Una manera sencilla de explicar la importancia de mirar incondicionalmente a los niños, a nuestros hijos, puede ser exponiendo un caso cotidiano. Un caso que nos puede pasar a cualquier padre o madre. Este ejemplo, uno de los muchos que me encuentro en consulta, podría ilustrarlo bien:»
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País, de mamás y de papás