«Más de mil personas mayores de 70 años se separan cada año en España. La jubilación suele suponer un punto de ruptura para las parejas.
Esther y María no se conocen de nada, pero tienen más o menos la misma edad, las dos están jubiladas, se dedicaron a un trabajo relacionado con la cultura, disfrutan de una situación económica desahogada y se acaban de divorciar. La primera descubrió, digamos accidentalmente, que el hombre con el que había compartido la vida durante casi medio siglo llevaba una vida paralela. La segunda también decidió dar el paso por una cuestión de infidelidad, pero en este caso consigo misma:»
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País