«Mi teoría del Péndulo defiende que para buscar el equilibrio, (la equidistancia perfecta respecto a los extremos) el movimiento natural sería imitar la oscilación del péndulo, hasta que este vaivén va progresivamente perdiendo fuerza y logra paralizarse en el centro.
¿Podríamos estar experimentando dicha oscilación pendular en esta etapa de la historia de la educación y nos situemos en el extremo opuesto del que veníamos?»
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[fa type=»file-text»] Fuente: Blog de Alejandro Rodrigo