«Las mujeres más mayores, a nivel psicológico, cubren las necesidades emocionales de sus hijos de forma más consciente y madura.
Retrasar la maternidad se ha convertido en una cuestión muy deseable para muchas mujeres que priorizan otros aspectos de su vida, antes de sumergirse de lleno en la experiencia de traer un bebé al mundo. O eso, o que por diversas circunstancias no han podido ser madre antes. En cualquier caso, España encabeza el retraso en la maternidad en Europa. Entre 1985 y 2012, la edad media de las mujeres para convertirse en madres se ha aplazado de los 26 a los 30 años y medio. Ese aumento indica, en la práctica, un retraso significativo de años en los que se plantean tener hijos, para situarla en unas edades en las que la fertilidad decae de forma acelerada, tal y como recoge un informe realizado por el CED de la Universidad Autónoma de Barcelona.»
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