«El coronavirus ha pasado por nuestras vidas como una apisonadora, poniendo a prueba nuestra capacidad para superar situaciones traumáticas (llámese ahora de forma machacona como resiliencia). En esta especie de guión de película (chunga) de ciencia ficción que nos ha tocado protagonizar, niños y adolescentes nos han dado una lección que no deberíamos olvidar: su facilidad de adaptación al cambio es mucho más impresionante de lo que pensábamos.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: El Mundo