«No hay una razón única para explicar la concentración de casos. Los especialistas apuntan a que pueden influir la recuperación de la movilidad y los efectos de la crisis económica y social.
Los últimos asesinatos por violencia machista ocurridos en España esta semana han causado la pérdida de cinco vidas en apenas cuatro días: cuatro mujeres y el hijo de una de ellas, de siete años de edad. Solo los autores de esas muertes saben por qué actuaron así, pero hay factores que pueden ayudar a explicar esa concentración de casos en un asunto tan complejo y con tantas ramificaciones como la violencia de género, que ha dejado ya 1.091 mujeres y 39 menores asesinados en España desde que hay contabilidad oficial. Entre esos factores está la percepción de la vuelta a la normalidad. Durante el confinamiento hubo menos asesinatos porque los agresores tenían el control sobre las víctimas: no necesitaban matarlas. También ayuda a explicarlo la situación de crisis económica y social que deja la pandemia, que hace que algunos maltratadores vuelquen su ira contra las mujeres. Y hay voces que defienden que ver un asesinato puede empujar a otros hombres a terminar de decidirse si ya lo tenían en mente: el efecto “paso a la acción” que define el forense Miguel Lorente, aunque hay estudios recientes que apuntan a que los asesinos machistas no se imitan entre sí.»
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