«La atención a la salud mental de las madres continúa siendo, cuando se presta, algo que suele suceder a posteriori, una vez que hay síntomas de sufrimiento emocional o enfermedad mental. Sin embargo, el conocimiento aportado por investigaciones recientes pone de relieve la importancia de adoptar un enfoque preventivo y promotor de salud, basado en un conocimiento profundo de la neurofisiología del parto, y orientado a satisfacer necesidades auténticas, a cuidar el estado estado emocional de las madres durante toda la etapa de maternidad y a respetar en lo posible los procesos psicofisiológicos universales, previniendo así los problemas evitables. Un enfoque que responda a las preguntas ¿cuales son los procesos psíquicos universales de la maternidad y cómo favorecerlos? ¿qué necesitan las madres y los bebés? ¿qué impacto tiene el seguimiento del embarazo y la atención al partoue se les ofrece actualmente? ¿cómo hacer que este impacto sea lo mas positivo posible? La realidad es que cada una de las intervenciones que se realizan durante el seguimiento del embarazo y la atención al parto tiene un impacto emocional, y por tanto efectos a nivel neuroendocrino, con consecuencias sobre el proceso fisiológico del parto, la vivencia materna y del bebé, el establecimiento del vínculo, el inicio de la lactancia, la salud mental en el posparto y la crianza.»
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