«Los alumnos suspenden en empatía, base y soporte de otras competencias emocionales como la comunicación, la escucha activa y el trabajo en equipo.
Desde 2015 la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) está investigando y comprobando la necesidad de la educación emocional en niños y jóvenes, así como promoviendo políticas y guías para su implantación en los centros. Según un informe de 2020 de la UNESCO (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), incluir habilidades socioemocionales en los programas de formación docentes ayuda a abordar el estrés e impulsan las habilidades emocionales y sociales en el aula.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: ABC Familia