«Es un hecho científico reconocido universalmente desde comienzos del siglo XX que la religiosidad favorece la longevidad y la buena salud a lo largo de toda la vida. En general, todos los factores de bienestar material, psicológico y social se elevan si la persona tiene una creencia y asidua práctica religiosa.»
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[fa type=»file-text»] Fuente: Vida Nueva Digital