«El centro RECURRA-GINSO lleva 10 años coordinando programas en los que el vínculo entre padres e hijos se ha roto. En este tiempo, del 20 al 25% de sus ingresos han sido de jóvenes acogidos.
Los padres y madres que adoptan suelen ser personas que han pasado por mucho para ser progenitores, muchos, aunque no todos, han agotado todas las opciones hasta llegar a este punto. Una vez que lo han conseguido, una de sus preocupaciones más recurrentes es la historia familiar del pequeño, “muchas veces se desconoce o hay poca. Estos padres no saben si un abuelo o un tío ha tenido una enfermedad o si han padecido algún tipo de trastorno mental, por ejemplo. También depende mucho del país de origen; el momento de convivencia con la familia biológica, o si han sido dados en adopción o retirados por los servicios sociales, etcétera”, explica el subdirector del Centro Terapéutico RECURRA-GINSO (Apoyo de las familias en conflicto), Alberto Buale, organismo que celebra este 2021 su décimo aniversario. Esto conlleva que la preocupación de los padres adoptivos sea mayor que la de los biológicos: “Normalmente tenemos un conocimiento amplío de nuestra familia, pero para los que adoptan es más difícil resolver el misterio”.»
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