«En el Día Internacional de la Lucha contra el Maltrato Infantil, Larissa y Jamila, dos jóvenes malgaches recuerdan los episodios traumáticos a los que han sobrevivido y lanzan un mensaje a otras víctimas: “Denuncia”.
Tenía ocho años y muchas ganas de ir al servicio. El guardián de la llave de los baños de su escuela era su hermanastro, de 20, quien se ofreció a acompañarla para que no fuera sola por la noche. Una vez dentro, la encerró y la violó brutalmente mientras ella gritaba y pedía ayuda. Esa agresión sexual le provocó una perforación entre vagina y vejiga –lo que se conoce por fístula obstétrica– y, con ello, una incontinencia permanente que la ha avergonzado hasta hace muy poco. Hoy Larisa tiene 20 años y la fuerza de un huracán. Ya no se siente excluida por el mal olor que desprende su enfermedad.»
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