«Estudios recientes muestran una incidencia creciente de este trastorno, con un aumento preocupante en menores de 12 años. Se estima que el 70% de los adolescentes no se siente a gusto con su cuerpo.
Los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia nerviosa, son enfermedades mentales que cursan con complicaciones médicas, psiquiátricas y familiares. En este caso en concreto, existe una percepción distorsionada del peso. “Quienes padecen estos trastornos tienen en común la dificultad para aceptarse a sí mismos y alcanzar su maduración y pleno desarrollo. La insatisfacción corporal que les caracteriza es muestra de una profunda descalificación personal, así como el temor a perder el control (sobre la alimentación y de sus vidas), y el rechazo o la vergüenza de aceptar su problema”, declara Loreto Montero Soto, psicóloga sanitaria y especialista en trastornos de la conducta alimentaria en el Instituto Psicológico Cláritas.»
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