«El Ayuntamiento ha repartido un total de 3.117 tarjetas prepago para subvencionar la alimentación y la higiene..
Rosa tiene 28 años y lleva más de uno sin empleo. Tiempo antes- en la ‘antigua normalidad’- trabajaba como dependienta en un pequeño negocio de su barrio Los Ángeles (Villaverde). Y si tenía ocasión, limpiaba portales para reunir más monedas para su cartera. «Nunca he tenido un contrato, siempre he cobrado en negro». Era «poco»- confiesa-, pero le servía para sacar adelante a sus hijos. Tres para ser exactos. María Eugenia, que le dobla la edad (46 años), tampoco tiene trabajo. No solo tiene que alimentar a sus dos hijas sino a sus tres nietos. Historias que arrancan distintas pero desenlazan en un mismo final: ambas tienen en sus manos la tarjeta familia.»
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