«El caldo de cultivo para que una mujer desarrolle esta patología es asumir el rol social que se suele asignar a las féminas como cuidadoras sacrificadas de las personas de su entorno.
El síndrome de Wendy, cuya denominación está inspirada en el personaje de la historia de Peter Pan, que necesita a alguien a quien cuidar para afirmar su identidad. Tiene sello femenino y se acentúa cuando llega la maternidad. El caldo de cultivo para que una mujer y madre desarrolle este síndrome es asumir el rol social que se suele asignar a las féminas como cuidadoras sacrificadas de las personas de su entorno, lo que crea la necesidad de asumir responsabilidades ajenas. “Una mujer en esta sociedad tiene en algún momento de su vida la tendencia a cubrir las satisfacciones de su entorno, a sacrificarse por amor, a tener la creencia de ser indispensable para los demás y una tendencia a la depresión, si no es aceptada socialmente, ya que es lo que se espera de nosotras”, explica Ana López, pedagoga especialista en neuropsicología educativa.»
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