«Según recoge el estudio Género y Pobreza: determinantes sociales de la salud y el acceso a servicios sociosanitarios de las mujeres, el 81,1% de los casi dos millones de hogares con un solo progenitor están encabezados por una mujer.
Antes de la pandemia ya era difícil cuidar y tener un trabajo remunerado. Después, se convirtió en (casi) un imposible. ¿Cómo sostener dos cosas tan enormes a la vez? En un año le hemos visto las costuras a un sistema ya de por sí deshilachado. Un sistema que poco o nada sostiene a los que menos hilos tienen, que les deja siempre al borde del roto. “Las familias monomarentales han sido de las más afectadas en la pandemia”, dice Carmen Flores Rodríguez, presidenta de la Federación de Familias Monomarentales FAMS.»
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