El recreo es el tiempo y espacio para el aspecto lúdico, que no por ser juego es excluyente al aspecto pedagógico. En el recreo no solo se descansa, cuestión imprescindible para tener un proceso de enseñanza de calidad, sino también, como considera uno de los grandes padres de la psicología del desarrollo, Jean Piaget, el juego permite directamente aprender: “Los niños y niñas no juegan para aprender, pero aprenden porque juegan”. En el patio los niños y las niñas desarrollan también sus habilidades sociales, como la empatía, el diálogo y el afecto.
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País