El llanto es como las palabras de nuestros bebés. Llorar tiene una función clara: expresar que algo pasa y, sobre todo, que el cuidador se mantenga alerta y cerca. ¿Cómo si no un ser indefenso y dependiente garantiza su supervivencia? Decía el psicoanalista Donald Winnicott que “un bebé siempre viene acompañado de alguien que le cuida”. Las criaturas se comunican mediante el llanto para garantizar sus cuidados. ¿Es malo por tanto dejarlos llorar y no cogerlos?, ¿es posible que se calmen solos?, ¿hay algo de cierto en lo de se acostumbran a los brazos?
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[fa type=»file-text»] Fuente: El País