Todavía no ha cambiado mucho. Pero la Iglesia ahora sabe que el cambio es irrefutable. Antes, en las parroquias, la familia era el terreno sólido sobre el que construir otras cosas. Pero esto ya no es así. San Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco han concentrado sus esfuerzos en la necesaria atención eclesial a la familia, porque han entendido que la familia es la vanguardia del nuevo cristianismo. Pero se está retrasando su implementación porque la Iglesia todavía no está preparada.
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[fa type=»file-text»] Fuente: Alfa y Omega